lunes, 15 de agosto de 2011

El decálogo de William Boetcker

1. – Usted no puede crear prosperidad desalentando el ahorro.
 2. – Usted no puede fortalecer al débil, debilitando al fuerte.
 3. – Usted no puede ayudar a los pequeños, aplastando a los grandes.
 4. – Usted no puede ayudar al pobre, destruyendo al rico.
 5. – Usted no puede elevar al asalariado, presionando a quien paga el salario.
 6. – Usted no puede resolver sus problemas mientras gaste más de lo que gana.
 7. – Usted no puede promover la fraternidad de la humanidad, admitiendo e incitando el odio de clases.
 8. – Usted no puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.
 9. – Usted no puede formar el carácter y el valor de un hombre quitándole su independencia, libertad e iniciativa.
 10. – Usted no puede ayudar a los hombres permanentemente, realizando por ellos, lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos.
Y también, los siete grandes crímenes del hombre:
1.- No pienso.
2.- No se.
3.- No me importa.
4.- Estoy demasiado ocupado.
5.- Dejemos las cosas como están.
6.- No tengo tiempo para leer ni descubrir.
7.- No me interesa.

Este decálogo pertenece al reverendo William J.H. Boetcker (1873-1962), que lo publicó en 1916. El decálogo se hizo famoso cuando lo citó en 1992 el entonces presidente Ronald Reagan, adjudicándoselo erróneamente a Abraham Lincoln, lo cual fue graciosamente destacado por la prensa, como muestra del despiste mental del ex actor.

La confusión de Reagan, se supo después, se debió a que el Comité para el Gobierno Constitucional publicó en 1942 un panfleto titulado “Lincoln on Limitations” que de un lado decía conocidas palabras de Lincoln, y al dorso estaban las ahora famosas “Ten Cannot” (”Diez No Puede”, porque cada frase comienza “You cannot” = Usted no puede) de Boetcker, pero en el folleto juntaron la atribución de las citas a Lincoln, generando el error.

Promulgado hace ya casi 100 años este texto dio pie a la Declaración de los Derechos de las Naciones en la ONU, lo que le da vigencia y hoy más que nunca cobra interés en los actuales tiempos que vivimos.